Elche se sumerge en la espiritualidad del Jueves Santo con el Cristo de Zalamea

La Semana Santa de Elche despliega un mosaico de tradiciones, entre las que brilla con luz propia la Procesión del Santísimo Cristo de Zalamea, organizada por la Cofradía del Santísimo Cristo de Zalamea desde la Parroquia de San José. Más allá de su valor devocional, el acto es un reflejo de la historia viva de la ciudad: la imagen titular fue encargada en 1572 para el Santo Hospital de la Caridad y, tras siglos de veneración, cuenta hoy con una cofradía que en 1964 reunió a un grupo de jóvenes ilicitanos para incorporarla al calendario pasional.

A las 00:00 del Jueves Santo, el cortejo inicia su marcha en la Plaça dels Reis Catòlics, para adentrarse en un recorrido de gran belleza arquitectónica y simbólica. A 00:30 llega a la calle Camilo Flammarión, a 00:50 a la Plaça de Baix, y tras atravesar Mare de Déu dels Desamparats y la Troneta, toca la Plaça del Salvador antes de cruzar Solars y Sant Miquel. El tramo final transcurre por Porta d’Oriola, Pont de Santa Teresa (01:30) y retorna a Santa Anna, cerrando en la Parroquia a las 02:00 (cronograma según programa oficial).

La procesión se distingue por su total ausencia de acompañamiento musical: sólo los pasos, el roce de los cirios y el discreto latido del recogimiento llenan el ambiente. Durante dos horas, el “Cristico” —talla de medidas contenidas— avanza envuelto en la devoción de cientos de cofrades y fieles, consolidando una de las experiencias más sobrecogedoras de la ciudad.

Con esta tradición, Elche completa su Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional en el Domingo de Ramos y de Interés Turístico Provincial en La Pasión. El acto del Cristo de Zalamea añade un matiz de recogimiento nocturno que complementa las procesiones diurnas y las representaciones teatrales, reforzando el atractivo cultural y religioso de la capital ilicitana.