Mariano Ros y El Cau un legado de piedra amistad y amor por la ciudad
Hablar de El Cau es hablar de amistad, arte y amor por Elche. Este museo al aire libre, situado en la sierra de Ferriol, nació de la mano del escultor autodidacta Mariano Ros Martínez (Orihuela, 1926 – Murcia, 2017) y de un grupo de amigos que convirtieron una cantera abandonada en un espacio único.
Ros, zapatero de profesión y apasionado montañero muy vinculado a la Unión Excursionista de Elche, trasladó a la piedra los símbolos más queridos por los ilicitanos cuando ya no podía escalar. La Dama de Elche, el Palmeral, la Basílica de Santa María, el Misteri d’Elx o el escudo del Elche C.F. forman parte de un conjunto de más de cien relieves que aún hoy pueden visitarse.
En esta historia destaca el papel de Vicente Martínez Marco, descubridor de la cantera tras el desalojo del Castellar. Fue él quien puso el nombre de El Cau y quien preparaba con esmero las piedras sobre las que Ros cincelaba sus figuras. Junto a él, El Tío Pere trabajó durante tres años con cincel y martillo para abrir la actual cueva que hoy recibe a los visitantes. Y no se puede olvidar a Cándido Escribano, amigo inseparable y colaborador, que asumió la custodia del lugar tras la muerte de Ros.
Uno de los símbolos más entrañables del espacio es el mural de entrada con el mensaje “Bienvenido al Cau”, fechado en 2005. Este saludo resume el espíritu acogedor de un lugar que, pese al paso de los años, sigue recibiendo a caminantes y ciclistas como si fuera un refugio.
Mariano Ros falleció en 2017 en una residencia de la tercera edad en Murcia, pero su huella quedó grabada en la piedra de El Cau. Hoy, quienes visitan este rincón de Ferriol encuentran algo más que esculturas: hallan un testimonio vivo del cariño de un grupo de amigos por su ciudad.
Paco Ciclón / AFPRESS


