Santa Pola vivió una tarde de emoción con la Embajada Mora y la Sostracà en honor a la Virgen de Loreto

Santa Pola volvió a llenar sus calles de historia, pólvora y tradición durante la tarde del 1 de septiembre, en el marco de las Fiestas Patronales y de Moros y Cristianos en honor a la Virgen de Loreto. Vecinos, visitantes y festeros compartieron una jornada muy especial que puso de relieve la fuerza y el sentimiento de esta celebración declarada de Interés Turístico Autonómico.

A las 19:00 horas dio inicio la Entrada de Cargos Festeros, que partió desde la calle Elche, esquina Ramón y Cajal, y concluyó en el Castillo-Fortaleza. Fue el arranque de una tarde cargada de emoción en la que los aplausos y la música acompañaron a los representantes de cada comparsa, que desfilaron con orgullo ante una multitud entregada.

El momento solemne llegó frente al Castillo con la Embajadora Mora, que acompañada por su escolta exigió la rendición del bastión al Bando Cristiano. Su discurso, intenso y enérgico, fue seguido con atención por todos los presentes, convirtiéndose en un instante cargado de simbolismo y tradición.

La tensión del parlamento dio paso al estruendo de la pólvora con la Sostracà, la guerrilla que discurrió desde la calle Muelle hasta el Castillo. Los disparos de arcabucería, el humo y la pasión de los festeros dieron forma a una escena de gran realismo que terminó con la rendición de la fortaleza y la toma del Castillo por parte de las tropas moras.

La tarde concluyó con la Entrada Mora y la Retirada Cristiana, donde los moros avanzaron desde el Puerto hasta el Castillo y los cristianos emprendieron el camino de regreso hacia el mar. Un desfile cargado de colorido, música y sentimiento que volvió a demostrar por qué estas fiestas son una cita imprescindible en el calendario cultural y social de Santa Pola.

Con cada acto, Santa Pola confirma que sus Moros y Cristianos no son solo una celebración, sino un legado vivo que se transmite de generación en generación y que emociona tanto a quienes participan como a quienes lo contemplan desde la calle.

Paco Ciclón / AFPRESS