Santa Pola brilla con el Correbous Infantil y un Correfocs lleno de ritmo y fuegos artificiales

Ayer me acerqué hasta Santa Pola y lo que viví fue pura fiesta. Dos actos llenos de emoción y tradición marcaron la jornada y todavía hoy me cuesta olvidar la intensidad de lo vivido.

La tarde arrancó en la Glorieta, donde los niños disfrutaron como nunca en el Correbous Infantil. Fue un espectáculo entrañable, con familias animando y pequeños corriendo entre risas. Una de esas escenas que nos recuerdan que las fiestas son también, y sobre todo, para ellos.

Con la caída de la noche llegó la cita más esperada: el Correfocs. A las 23:00 horas, las calles del Muelle y de la Glorieta se transformaron en un río de fuego, pólvora y emoción. Los demonios, las chispas y el humo crearon un ambiente que encendió los corazones de quienes estábamos allí.

El ritmo no faltó en ningún momento gracias a una batucada espectacular, que marcó el compás durante todo el recorrido. Ese sonido de tambores, junto al fuego, convirtió la experiencia en algo único e hipnótico.

Y como broche de oro, el cielo de Santa Pola se iluminó con un castillo de fuegos artificiales que dejó a todos con la mirada puesta arriba y los aplausos resonando en cada rincón. Fue un final perfecto para un día festivo que reflejó lo mejor de la tradición y la alegría compartida.

Paco Ciclón / AFPRESS