El Parque Natural de El Hondo, situado entre los municipios de Elche y Crevillente, en la provincia de Alicante, constituye uno de los humedales más importantes del sureste español. Este espacio natural, de aproximadamente 2.387 hectáreas, forma parte de la histórica Albufera de Elche, un humedal que fue en gran parte desecado durante la Edad Media para transformar sus tierras en cultivos. La zona actual conserva los vestigios de aquella antigua laguna costera, convertida hoy en un enclave de altísimo valor ambiental.
El Hondo se caracteriza por sus dos grandes embalses de origen artificial —el embalse de Poniente y el embalse de Levante— construidos en el siglo XX por la Comunidad de Riegos de Levante para almacenar y distribuir aguas destinadas al riego agrícola. El agua que alimenta este sistema proviene principalmente del río Segura, bombeada desde el azud de San Antonio en Guardamar del Segura, y de aportaciones del río Vinalopó. Gracias a esta infraestructura, El Hondo combina el uso agrícola tradicional con la conservación de un ecosistema acuático excepcional.
La Generalitat Valenciana declaró este espacio Parque Natural en 1994, tras haber sido previamente protegido como Paraje Natural en 1988. Su valor ecológico ha sido reconocido internacionalmente: el parque está incluido en la Lista de Humedales de Importancia Internacional del Convenio Ramsar y forma parte de la Red Natura 2000 como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Estas designaciones subrayan el compromiso por preservar su extraordinaria biodiversidad.
El Parque Natural de El Hondo destaca por su importante población de aves acuáticas. En total, se han registrado más de 170 especies diferentes, muchas de ellas en peligro de extinción. Entre las más emblemáticas se encuentran la cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris), una de las anátidas más amenazadas de Europa, y la malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala), que mantiene en El Hondo una de sus principales áreas de cría a nivel nacional. Asimismo, el parque acoge a otras especies destacadas como la garza imperial, el fumarel cariblanco, la espátula común o el aguilucho lagunero occidental.
Agencia de Prensa AF-Press.com
Además de la avifauna, en El Hondo habitan especies de peces autóctonos en peligro como el fartet (Aphanius iberus), endémico del litoral mediterráneo español, así como poblaciones de anguila europea (Anguilla anguilla), especie también amenazada. Su variada vegetación incluye carrizales extensos, juncales y zonas de saladar, hábitats imprescindibles para mantener el equilibrio ecológico del humedal.
Para promover la educación ambiental y el turismo sostenible, el Parque Natural de El Hondo cuenta con un Centro de Información y varios itinerarios señalizados, incluyendo senderos accesibles y observatorios de aves estratégicamente ubicados. Estos recursos permiten a los visitantes disfrutar del avistamiento de flamencos, avocetas, cigüeñuelas, ánades y otras muchas especies en su hábitat natural. Rutas como el itinerario Rojo, Verde o Azul ofrecen diversas alternativas para recorrer las lagunas, saladares y azarbes del parque, favoreciendo así una experiencia inmersiva y respetuosa con el medio ambiente.
La gestión del parque se centra en la conservación de su biodiversidad, el mantenimiento del régimen hídrico tradicional y la sensibilización pública sobre la importancia de los humedales. Gracias a su valor ambiental y su integración en redes de protección nacionales e internacionales, El Hondo se ha consolidado como un espacio esencial para la supervivencia de numerosas especies y un destino prioritario para los amantes de la naturaleza y la observación de aves en España.
El Ayuntamiento de Elche, junto con las autoridades ambientales y la Comunidad de Riegos de Levante, trabaja continuamente en programas de conservación, restauración de hábitats y educación ambiental para garantizar el futuro de este ecosistema único en el Mediterráneo español.
En definitiva, el Parque Natural de El Hondo representa un ejemplo de convivencia entre la actividad humana y la conservación de la naturaleza, ofreciendo un paisaje vibrante donde la biodiversidad y el legado histórico de la Albufera de Elche se mantienen vivos para las generaciones futuras.
